La verdad
La prueba Cuádruple, uno de los principios rectores de RI, es una pauta para apreciar el grado de equidad con que actúa el rotario dentro de la sociedad, y sus breves frases encierran un verdadero Código de ética, que abarca todas las múltiples facetas de la vida actual. Todos sabemos que está constituida por cuatro preguntas cuyas respuestas, deben ser la consecuencia de lo que se piensa, se dice y se hace.
En esta oportunidad, nos referiremos especialmente en tratar de definir y orientar sobre la primera pregunta de la Prueba Cuádruple: ¿Es la verdad? y ¿Qué entendemos por verdad?. Creemos que dentro de la veracidad que exige la pregunta, hay dos aspectos: uno relativo, que se refiere a la verdad misma, o sea a la máxima coincidencia entre lo que se piensa, se dice y se hace, y otro absoluto, que es la total eliminación en la acción y en el pensamiento de todo vestigio de mala fe, de mentira y de engaño.
La pregunta por la verdad es y ha sido objeto de debate entre teólogos, filósofos y lógicos a lo largo de los siglos considerándose un tema concerniente al alma y al estudio de una llamada psicología racional dentro del campo de la filosofía.
El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas.
Según la definición de Wikipedia, la verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El uso de la palabra verdad abarca asimismo la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general; también el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades; los hechos o la cosa en particular; y, finalmente, la relación de los hechos las cosas en su totalidad en la constitución del Todo, el Universo.
Los rotarios debieran tener una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y atestiguarla responsablemente. Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones interpersonales, en el conocimiento mutuo; la convivencia de los
seres humanos dentro de una comunidad como es Rotary, en efecto, es ordenada, fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad.
Las personas y los grupos sociales cuanto más se esfuerzan por resolver los problemas según la verdad, tanto más se alejan del arbitrio y se adecúan a las exigencias objetivas de la moralidad.
Dentro de las variadas definiciones de lo que es la verdad, hay una que la señala como la conformidad y consecuencia de lo que se piensa, se dice y se hace. Esta definición en la que predomina el elemento subjetivo podría aplicarse con entera propiedad a la acción individual enfocada a través de la primera pregunta de la Prueba Cuádruple, por estar ella dirigida a la conciencia del individuo, siendo solamente él quien pueda identificar su acción con lo que, en su concepto, es la verdad relativa a esa acción.
Es innegable que la verdad exigida por la Prueba Cuádruple no obliga al individuo a decir o expresarse a fondo el conocimiento exacto que tenga de la situación que afecta al negocio o discusión. Lo que se obliga, en forma intransigente, es a eliminar el dolo y el engaño, a no aprovecharse del desconocimiento ajeno y a no perjudicar a nadie.
La verdad es una cuestión que afecta particularmente al mundo de la comunicación y al de la economía. En ellos, el uso sin escrúpulos del dinero plantea interrogantes cada vez más urgentes, que remiten necesariamente a una exigencia de transparencia y de honestidad en la actuación personal y social.
La verdad como base fundamental de la Prueba Cuádruple es un concepto de honradez intransigente y activa, y la aplicación práctica de sus principios cubre todos nuestros actos, de modo que su fiel y cabal cumplimiento podrá al correr del tiempo modificar sustancialmente las relaciones humanas, tanto individuales como colectivas, refiriéndonos en ellas a la conducta de los Estados entre sí, lo que podrá traer en los años venideros días mejores, más prósperos y más felices, que es la aspiración constante y eterna de la Humanidad.
Fernando Amengual del Campo